La elección del actor para el personaje que tengo en mi mente depende de la cara que encuentro delante de mí, de cuanto me comunica y también de cuanto me permite intuir, reconocer y adivinar detrás de ella. No obligo al intérprete a adoptar una actitud que no es la suya, prefiero hacerlo expresar lo que puede. Para mí el resultado siempre es positivo. Cada uno tiene la cara que le toca, no puede tener otra y todas las caras son siempre adecuadas, la vida no se equivoca.
Recopilacion del material e ilustracion: Mariela Nussembaum
http://marielanussembaum.blogspot.com/
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